Luciano Cáceres: la definición del artista todo terreno
El 13 de marzo de 2020, las redes sociales de Desnudos anunciaron una gira que nunca se llegaría a hacer. La obra protagonizada por Luciano Cáceres, Brenda Gandini, Mercedes Scapola, Gonzalo Heredia, Sabrina Rojas y (hasta entonces) Luciano Castro, que venía de arrasar en la temporada marplatense, se negaba a aceptar la realidad de una pandemia que ya había paralizado la cultura en el hemisferio norte y lentamente iba apagando nuestras marquesinas. No hace falta describir todo lo que vino después. El parate laboral en muchos ámbitos fue demoledor, y el artístico no fue la excepción.
Noventa y una semanas después del anuncio del ASPO, y luego de una jornada de grabación de La 1-5/18, la tira que marcó el regreso de la ficción a la televisión argentina, Luciano Cáceres espera a esta periodista en el bar de un hotel para anunciar el regreso de Desnudos al Metropolitan Sura (en cartelera desde el 13 de enero). Aún con saludo con puñito, barbijo y ventilación mediante, el panorama actual dista bastante del de 2020.
A su agenda hay que sumarle el estreno en Uruguay de El ardor, la obra en la que dirige a Juana Viale y Juan Gil Navarro; y además viene de celebrar la proyección de El desarmadero en el festival Buenos Aires Rojo Sangre, película en la que actuó junto a su hija Amelia (12), en lo que fue su debut cinematográfico. “Nos lo venía pidiendo hacía rato y estaba todo dado para hacerlo porque iba a estar conmigo en todas las escenas. Lo que tenía que hacer era acotado pero muy intenso, y la verdad es que superó las expectativas. Es una película de terror, hay que ser muy preciso, pero tiene muy naturalizado el oficio. Igual, no quiere decir que lo vaya a hacer; es un momento, un juego, y lo vive como tal.”
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