“Todo lo que quiero para Navidad sos vos” canta Mariah Carey. Y un celíaco podría responderle “y yo todo lo que quiero para Navidad es comer lo mismo que vos y no pensar en la contaminación cruzada”. Cualquier evento social es un desafío para quien debe seguir una alimentación 100% libre de gluten. Si ese encuentro, además, incluye familia y amigos con quienes uno no tiene la costumbre de compartir una cena o de cocinar para un celíaco, el reto es aún más grande. 

LA MESA FAMILIAR
“Obviamente hubo muchas muchas charlas. Hace 5 años que los chicos están diagnosticados y vivo hablando, advirtiendo. Siempre, mucha charla”, es lo primero que cuenta Vanina Ramírez, mamá de los gemelos Benicio y Bautista, hoy de 10 años. Seguramente la conozcan por su cuenta de Instagram Sin TACC y Mucho Amor, nombre al que llegó porque sus primeras recetas sin gluten no eran de lo más ricas, según ella misma confiesa, pero sí hechas con todo el amor de una madre que lo está dando todo para sus hijos. Con humor y buena onda relata eventos de la vida cotidiana y comparte las recetas que más ricas le salen. “Para las fiestas nos juntamos en casa de mi abuela entonces todos aportamos, llevamos algo y obviamente piensan en los niños -los niños son ellos dos y tres primas más-; entonces tratan de llevar algo que tenga logo. La comida de ellos la hago yo para asegurarme de que no haya riesgos, sobre todo en una fiesta tan importante. Es para pasarla lindo y sin preocupaciones”, explica Vanina.

Silvina Rumi es una experimentada cocinera sin gluten y tiene una maestría en eventos sociales con hijos celíacos. Tiene 4 y algunos de ellos fueron diagnosticados hace más de 20 años. Primero fue Lara, dos meses después Tomás y Sofía, y después llegó Abril, diagnosticada antes de sus 2 años de vida. Ella siempre juega de local en las fiestas, lo cual suele ser un plus, aunque no es la que cocina la totalidad de la cena; al igual que en la familia de Vanina, en la de ella también todos aportan algo rico para comer. “Yo siempre me ocupé de que ellos tengan lo más parecido a lo que comía el resto. De hecho, por eso dejé de hacer lo que hacía que era maestra jardinera y diseñadora gráfica, para adentrarme en el mundo de la cocina; porque mi misión en la vida era que ellos no sufrieran la falta de algún alimento que venían consumiendo”.
Pero a principios de los 2000 la cosa era un tanto más complicada que ahora y Silvina y su familia las vivieron todas. Como la vez que una tía quiso ponerle gelatina sin sabor al matambre pero aún no existía una marca certificada sin gluten o cuando se dieron cuenta de que iban a tener que hacer esencia de vainilla casera porque no había opción segura en el mercado. “La tenía que hacer casera poniendo una chaucha de vainilla, macerarla con alcohol, dejándola dos meses… Ahora por suerte tenemos al menos 3 o 4 marcas seguro. He pasado por todo eso. Pero a medida que fueron avanzando las navidades, también empezó a haber muchas más cosas aptas. Nosotros hoy conseguimos una masa de tarta libre de gluten. Entonces cada vez más la mesa se fue ampliando con opciones aptas. Recuerdo a mi hermana, que siempre es la encargada de las tartas, que al principio venía a mi casa para que yo le hiciera la base; ella se la llevaba a su casa en un molde mío, armaba el relleno con todos los cuidados y la horneaba. Hoy por hoy puede conseguirla en el super”.

Silvina Rumi en pleno taller navideño.

Compartir un evento que incluye comida implica un montón de situaciones que los no celíacos no contemplan o detectan hasta que alguien se los menciona. Nadie los culpa, simplemente no lo advierten porque no lo viven en lo cotidiano. “Yo nunca me tensioné en este tipo de eventos”, cuenta relajada Silvina. “Lo único que sí me pasaba era que todo el mundo quería probar lo sin gluten.

En nuestra familia cocinamos para el 24 y el 25 nos volvemos a reunir y se come lo que quedó del 24. Quizás se agrega alguna cosita para complementar. Entonces yo el 24 decía ‘momento, dejenme algo para el 25’, porque todo el mundo quería probar al principio”. En el caso de Vanina, tuvo que sentarse y hablar a corazón abierto con algunos familiares. “Uno de mis hijos tiene reacciones inmediatas (si ingiere gluten) y el otro es asintomático. Y antes, para no preocuparme a mí, la familia no me decía nada si habían revuelto la olla con una cuchara con gluten, por ejemplo. Entonces hubo una charla súper importante para decirles que si eso llegaba a ocurrir yo necesitaba que me lo avisen, no que me lo oculten”. Al momento de servir la mesa, Benicio y Bautista ya saben que su mamá les preparó sus alimentos seguros e identificó un sector para que visualmente sea claro que allí está la comida apta para su consumo. “Trato de ponerles siempre el logo en el vaso o en el plato para que ellos y los demás sepan”, comenta Vani también a modo de consejo.

Vanina junto a sus hijos Benicio y Bautista, ambos diagnosticados con celiaquía.

 

LA COMIDA
“Si bien tenemos un menú de catering todo el año, para la época de las fiestas se agregan cosas típicas navideñas y lo armamos más de un mes antes para que la gente esté interiorizada y vaya sabiendo que tenemos”, me explica Jesica Gerry, dueña de Deli Made Gluten Free. ¿Y cuáles son los infaltables? “Lo que no puede faltar jamás de los jamases es el vitel toné, me parece re típico. Creo que en todas las casas la gente suele comer vitel toné. Lo que estuvo saliendo mucho el año pasado fueron las ribs de cerdo, que está bueno para compartir; vienen en costillas y como son de una cocción prolongada se desarman, entonces no necesitás ni cubiertos para comerlas. Y es un sabor nuevo. El vitel toné es algo típico pero las ribs tal vez no es algo que la gente se haga en su casa. Lo sumamos el año pasado y funcionó re bien así que este año también lo tenemos”. Hasta 4 días antes de las fiestas Jesi, que ya se dedicaba a la gastronomía antes de su diagnóstico de celiaquía, recibe pedidos del vitel toné, las ribs, el peceto a la vinagreta con pancitos o los panes dulces. “Me acuerdo que el pan dulce las primeras veces que lo hice no había mucha opción de frutas secas sin gluten y eso lo hacía bastante jodido. Ahora, por suerte, eso ya no sucede. Y yo venía de mi lado de pastelería con harinas (con gluten) y las proporciones cambian bastante. Yo solía hacer un pan súper cargado de frutas y ahora un pan dulce sin gluten no se banca la misma proporción de frutas. Todos los años pienso en cambiarle cosas, voy probando y va saliendo un poco mejor”.
En diciembre la agenda de Silvina Rumi explota de cursos y talleres en los que enseña algunas de las recetas más típicas. “Yo comparto recetas desde 2008 cuando empecé a trabajar en Utilísima; allí compartí mi primer pan dulce, mi primer pionono. Y en los talleres no pueden faltar recetas como esas, alguna galletita navideña, un budín con frutas secas, algún turrón. En el último taller que di hice un stollen sin gluten, que es un pan dulce alemán que tiene la característica de ser un pan dulce un poco más compacto, su relleno por lo general es a base de cascaritas de naranja o algún cítrico, almendras, pasas de uva y en el centro tiene un rollo de mazapán”. Si todavía no tomaron clases con Silvina y andan por la Ciudad de Buenos Aires, les dejo los datos de dónde la pueden encontrar para presenciar clases gratuitas en diciembre: el jueves 12 a las 12 horas y el viernes 13 de 17 a 18.30 en la Plaza Aristóbulo del Valle y el sábado 14 de 17 a 19 en el Parque Centenario. No se la pierdan!

Algunas de las delicias que hace Jesi desde Deli Made Gluten Free. (La imagen de portada de esta nota también es de ella).

 

PARA LA SOBREMESA O ARMAR LA CAJA NAVIDENA

Mantecol edición limitada: variedades Coco, Café y Salted Caramel.

 

Pan dulce y budín: variedad de budines (vainilla, con y sin chips de chocolate; marmolado; limón; frutas; vainilla y marmolado sin azúcar agregada) y pan dulce con frutas, almendras y nueces o con chips de chocolate.

 

Maní: garrapiñadas y maní con chocolate King. en bolsitas de 80 gramos.

 

Turrones Arcor: desde el clásico turrón de maní, pasando por el sabor a miel o con frutas, a las variedades de almendras con cacao, cramberries o tipo Alicante.

 

Sidras: son varias las marcas certificadas, como 1888, Pehuenia, Real, Del Valle, Pyrus, La Victoria, Reggia, entre otras.

 

Cervezas: las clasicas variedades de Almirante Dönn -blonde ale, irish red, witbier, honey, porter ipa y sin alcohol- o la novedosa Michelob Ultra pueden acompañar el brindis en estas fiestas.

 

Recuerden siempre chequear que los productos tengan el logo “sin TACC” o “sin gluten”. Ambos son válidos para la legislación vigente.

Si van a beber, háganlo con moderación y no conduzcan!

Y si quieren saber de otras opciones de panes dulces, pueden chequear esta guía de hace un par de años para sacar ideas.