Desde que quedé embarazada una de las mil cosas que ocupaban mi cabeza era la idea de que mi hijo herede mi genética celíaca y lleve esta condición consigo. Cuando imaginaba ese panorama, pensaba en cómo le enseñaría desde temprana edad qué podemos comer y qué no, de qué modo serían las situaciones sociales con sus pares y en el jardín, cómo se sentiría él frente a la prohibición, entre otras cosas.

Si bien a mi hijo (1 año y 5 meses) aún no hizo falta hacerle estudios, fue por todos esos pensamientos que siguen rondando cada tanto  que me interesó inmediatamente “Elíseo y las flores” y no dudé en ir a la presentación de este libro que prometía “una historia para entender la celiaquía y otras alergias alimentarias”.

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“La idea de hacer un cuento es porque venimos haciendo un montón de cuentos para chicos para acompañarlos en procesos. Y obviamente el cuento específico de las alergias o intolerancias alimentarias se imponía”, explicó una de sus autoras, Maritchu Seitún, reconocida Licenciada en Psicología. Su hija, Sofía Chas, escribe junto a ella. Su nieta, Tini, de 11 años, es celíaca. “El primer año y medio de vida fue una tortura”, recuerda Sofía antes de relatar el raid de visitas al pediatra, los antibióticos que le recetaron a su hija innecesariamente y el diagnóstico que finalmente le llevó tranquilidad -y le significó a su marido descubrir que él también debía comenzar una dieta libre de gluten-.

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El protagonista del cuento es Eliseo, un carpincho al que le encanta una flor que le cae mal a la panza. Ese es el disparador que encontraron Maritchu, Sofía y Cintia Roberts, Licenciada en Letras, para abordar el tema de la celiaquía y otras alergias alimentarias de forma que cualquier pequeño pueda comprenderlo. “Siempre pensé que darle un tratamiento estético a los libros hacía que el lector se conmoviera. Y si el lector se conmueve hay algo que se transforma. Y si el lector se transforma, se transforma la sociedad”, analiza Cintia. El tierno Eliseo es obra de la ilustradora Leticia Masarachio y con sus caritas lo dice todo. La tentación, el malestar, la tristeza y el optimismo están en sus ojos.

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Las últimas páginas del libro cuentan con una guía para pensar en familia que incluye no solo temas para charlar con los hijos sino también cuestiones que deben procesar los padres individualmente. ”Si tenés un hijo celíaco, que lleve el libro a la clase, que circule por las mamás y los amigos, así entienden lo que nos pasa”, sugiere Sofía. Maritchu es la que nos da a las madres presentes esas palabras de tranquilidad que buscamos: “el chiquito lo va a leer o mirar todas las veces que lo necesite, cada vez que se angustie, y eso también le quita peso a la mamá. Porque no todas las veces voy a recurrir a que mi mamá me consuele; no, voy a verlo al carpincho, lo veo triste, contento, lo veo al sapito que lo consuela y esto me sirve a mí para consolarme. Es un verdadero aporte para sumar”.

“Eliseo y las flores” fue editado por Grijalbo y ya está en todas las librerías. Ojalá algún día llegue también a todos los colegios.