Bienvenida sea la harina de plátano
Desde que me diagnosticaron celiaquía, no me canso de escuchar cosas como: “claro, porque vos no podés comer harinas, ¿no?”. A lo que yo en general respondo: “¡Pffff, no! Harinas como un montón”. La confusión es de lo más habitual entre quienes no tienen ningún acercamiento a esta condición. Por eso, repito como un lorito que lo que no puedo comer es gluten (que en nuestro país está en trigo, avena, cebada y centeno); y que yo como harinas de arroz, almendra, garbanzo, féculas de papa, mandioca, maíz…
Al largo listado de harinas sin gluten ahora se suma la de plátano verde. Según este artículo, se produce a partir de plátanos sin madurar que se cortan, se secan y luego se muelen; y es rica en fibra, potasio, magnesio, vitaminas y contiene poca grasa. Se puede hacer con o sin cáscara, aunque si se hace con cáscara, funciona mejor en platos salados ya que tiene un sabor a nuez o tierra. Cuando está crudo, conserva un ligero gusto a la fruta que le da origen.
Al parecer, es furor en India, donde se popularizó el año pasado cuando el primer ministro Narendra Modi promocionó el ingrediente en su programa de radio mensual Mann Ki Baat (Pensamientos internos). Con eso alcanzó para que las redes sociales en India se inunden de recetas a base de lo que algunos ya se animan a catalogar como súper alimento.
No sé ustedes pero si no tiene gluten y llega a mis manos, sin dudas la probaría.