Gran parte de la población siente que el momento de ir al supermercado es una tortura. A mí siempre me gustó, desde que iba de chica con mi mamá y me dejaba comerme un pedacito de la baguette antes de llegar a la caja -hablo de la era A.C., claro-. Ahora de grande incluso encuentro un placer inexplicable en el guardado de la compra cuando llego a casa.

Pero esa satisfacción de ir con el chango eligiendo qué comprar se convirtió en un incordio cuando me diagnosticaron celiaquía en 2015. Podría pensarse que 4, 5 años no son nada pero son una eternidad en cuanto a la oferta de productos sin TACC en grandes cadenas de supermercados.

Por aquel entonces yo sólo podía resolver la adquisición de productos de limpieza y perfumería -por suerte yo no necesito productos certificados para mi pelo ni piel pero otros celíacos sí-, varios productos frescos y algunas conservas. No mucho más que eso. Cero panificados, ningún producto rápido de preparar, no conseguía tapas de tartas ni empanadas, poquísimos congelados más allá de una hamburguesa, ni un fideo tirabuzón y en el sector de galletitas la única opción libre de gluten eran las típicas galletas de arroz redondas -no tengo palabras para expresar mis sentimientos hacia ellas, las protagonistas de los peores “sí, tenemos opciones para celíacos”-.

Como digo siempre, por suerte y por desgracia cada vez somos más las personas con esta condición y en la primera parte focalizo justamente en este caso. Cuantos más somos, más las empresas se preocupan por no perderse esa porción del mercado. Carrefour, por ejemplo, no sólo tiene amplia oferta de marcas específicamente aptas para celíacos en góndolas señalizadas como tales -al menos en sus Hipermercados- sino que tiene su propia línea de productos que pueden encontrarse incluso en los Market. Disco y Jumbo también procuran tener un sector especial y ofrecen descuentos específicos con la tarjeta de beneficios. Día% también tiene opciones sin TACC en su marca propia y días de descuento específicamente en productos para celíacos.

No les voy a mentir. No resuelvo el 100% de mi compra en ningún lado aún. Todavía hay productos específicos que no encuentro o simplemente no tienen las marcas que prefiero consumir (ah, ¿encima querías elegir, Mariana?). Pero contrariamente a lo que soy en general en la vida, en esta me quedo del lado del optimismo.